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Durante estos años el proyecto se ha sustentado en la entrega y el buen hacer de los coordinadores locales, así como de los mismos beneficiarios. Su trabajo, voluntario y no remunerado, consiste en un trabajo presencial y de apoyo, a las comunidades que integran el grupo. 

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No menos cierto que esta tarea se plantea desde la participación, la gestión de los grupos de beneficiarios y la toma de decisiones de manera comunitaria. ¿Quién recibe un buey?, ¿Por qué?, ¿En qué posición?, Son algunas de las cuestiones a resolver por los grupos AfroVaca locales.

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En estos años de fuerte presencia en el territorio venimos observando un deseable efecto “faro”. Son muchas las familias que no pertenecen al proyecto que por mimetismo y por convicción, por sus medios, incorporan la labranza animal. Incluso algunas otras asociaciones para el desarrollo están implementando las bases de este proyecto para fomentar esta práctica en otros departamentos y provincias del país. En estos 15 años, hay ciertas “comunas rurales” donde son cerca del 90% las familias que disponen de un animal de labranza, aunque la media del país está sobre el 30% aproximadamente.

ENTREGA DE BUEYES​

En estos años, más de 247 familias y sus entornos sociales se han visto beneficiados por la llegada de una res para labranza o para reproducción. Los labriegos han aportado a su vez, la crianza del animal, su adiestramiento, cuidados de salud y vigilancia, así como el arado, necesarios. 



















La posibilidad de aumentar los rendimientos de la tierra, tiene una incidencia directa en la alimentación y nutrición familiar, así como en la capitalización económica de los productores, tan necesaria para impulsar mejores condiciones de vida en todos sus ámbitos. Ciertos productores, como señalan en las encuestas de auto-evaluación realizadas, hablan de un aumento medio de la productividad de hasta un 65% más, tras la introducción de la labranza con animales de tiro.

En palabras de Fidel Tapsoba (campesino en Donsin):

“Quien tiene un toro, no puede decir que es pobre, no lo es, no es pobre”

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En paralelo a los bueyes, pero sobre todo, a los toros de labranza, en algunas comunidades de pastores y ganaderos, el proyecto financia vacas de cría. Esto ocurre en Barkoundouba y Gandaogo, donde la población mayoritaria es de origen “peul”, pueblo ganadero. En este caso, los beneficiarios son personas, familias, que perdieron todo su patrimonio durante las grandes sequías de finales del siglo veinte. Muchos perdieron hasta su última res, obligados desde entonces a sedentarizarse y practicar la agricultura. En estos casos, el plan de desarrollo económico familiar gira entorno a la leche y la cría.

El primer toro del Proyecto fue en beneficio de Bassieme Yeddam, el que consideramos el "grandfrère" del resto de miembros AfroVaca

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La propuesta principal del Proyecto AfroVaca es apostar por la vía de proporcionar un buey o una vaca, y apoyar a los productores y sus organizaciones, para conseguir mejorar sus cosechas, la alimentación y el financiamiento de los campesinos.

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